El pueblo de Sénegüé es un pueblo muy antiguo del valle de Tena.

Se encuentra a 4 kilómetros de Sabiñánigo y tiene la particularidad de estar construido cerca de una morrena que data de la última glaciación.

Junto a la casa hay un centro de interpretación de los glaciares.

Esta aldea data del siglo VI y era en realidad un pequeño caserío con castillo dependiente del wali de Huesca, y ocupado de forma intermitente para controlar la zona y recaudar impuestos.

Fue en el año 920 cuando el conde Galindo Aznarez II de Aragón reconquistó el valle de Acumuer (Río Aurin). Sus tropas ocuparon la margen izquierda del Gallego a la altura de Senegüé, y este lugar será tenencia de la reconquista del valle de Tena hasta el siglo XII.

Luego, durante unos siglos, el pueblo se convirtió en un puesto estratégico porque controlaba uno de los pocos puentes del valle: el Pont de las Pilas.
Algunos testimonios:

Ser recibido por Gilbert es ante todo un placer extraordinario, pero también es un verdadero honor. La vida a veces da estos regalos. ¿Cómo describir el momento de plena hospitalidad al que fuimos invitados? Gilbert nos ofreció la pura alegría del encuentro humano, cuidándonos como el médico que fue y será siempre, con gran espíritu, elegancia y generosidad. Por si fuera poco, su mesa es uno de los milagros del lugar, la historia de su casa casi milenaria es vertiginosa, las vistas son impresionantes, el desayuno es único en el mundo, las camas son igual de acogedoras. ¡Y benéfico como el dueño del lugar! Pasamos sólo una noche que en nuestro corazón contaba diez, pero todavía es muy poco. Pronto regresaremos a la casa de Gilbert.

Audrey Estancia en septiembre de 2021

¡Un lugar increíble por un pescador con mosca (loco)! David julio 2022

"Un sorprendente descubrimiento, espacio casero, entorno muy bonito, Gilbert simplemente encantador, es un médico francés jubilado que ama el pirineo oscense, atiende en español, francés e inglés, es próximo y muy atento, con vocación de servicio, y de guía de pez "

Eduardo

¡Gran estancia en un lugar mágico! La casa es muy buena, la zona es magnífica y Gilbert es un anfitrión excepcional, un muy buen cocinero y una gran compañía. ¡Absolutamente vale la pena descubrirlo! Franco

Gilbert es una persona a la que le gusta recibir gente en su casa y ¡se nota! Nos recibe generosamente y con una sonrisa, lo que confiere al lugar un ambiente agradable y relajado. ¡Lo pasamos muy bien en Pesca Vera! Manón

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